“Porque, a pesar de su pasado solitario, Juan Gaviota había nacido para ser instructor, y su manera de demostrar el amor era compartir algo de la verdad que había visto con alguna gaviota que no estuviese pidiendo más que una oportunidad de ver la verdad por sí misma.”
RICHARD BACH
Los seres humanos a medida que crecemos desarrollamos capacidades de aprendizaje continuo, el cual se relaciona directamente con un aprendizaje centrado en nuestras propias estrategias las que nos permitirán conocer y hallar la información adecuada para resolver o solucionar un determinado problema.
Ahora bien, para que esto ocurra, esto implicaría, de cuáles son los conceptos previos que uno guarda, para saber lo que es lo que falta, en una circunstancia dada para solucionar el problema.
Entonces para favorecer a ese aprendizaje continuo y correcto, es necesario enseñar al individuo capacidades que le permitan identificar y generar de forma recurrente la información que va necesitando.
Entonces enseñar a razonar o pensar es un enfoque que va más allá de un fin clásico de los aprendizajes concretos entendidos como cambios en el comportamiento. Pues aquí de lo que se trata es de enseñar a que los individuos sean cada vez más conscientes y responsables de sus capacidades, desarrollo y resultado de su aprendizaje.
“El docente tiene que enseñar estrategias para aprender a pensar y debe promover el esfuerzo del estudiante para facilitar la construcción de esquemas y el aprendizaje permanente”
(Tesouro, 2006)
Son el enseñar a razonar, un objeto de instrucción explicita, la cual debe de darse a través de las distintas áreas del currículo, en la cual debe asumirse como una competencia transversal, aunque pueden aparecer de manera explicita en alguna de ellas como objetivo, así por ejemplo se les enseña a diferenciar las ideas principales de un texto de lectura de la asignatura de Lenguaje, se les instruye en planificar un proceso de labor, con secuencias de tiempo, operaciones y recursos a emplear en ciencia y tecnología; o el de enseñar a discernir sobre la información más relevante a partir de datos facilitados.
Visto de esta forma pareciese ser que enseñar a razonar debe ser exclusivo de las ciencias, matemáticas o de la filosofía, pues eso no es así, ya que esta se puede desarrollar a través de cada una o de todas las áreas del conocimiento.
Al final lo que se pretende es que, al enseñar a razonar, nos permite formar a individuos con una mayor capacidad de reflexión, análisis, pensamiento crítico y autonomía, las cuales son muy importantes para toda la vida, independientemente de la actividad que desempeñen en un futuro, en la cual la toma de decisiones es constante, y para que esta sea correcta se debe básicamente “saber razonar”.
El enseñar a razonar requiere de tiempo, paciencia y constancia, es por ello de su importancia en la formación de los docentes, los cuales son uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de un país.